Continuamos pues con la crónica, en estos días he recibido fotos por lo que podré ir añadiéndolos a la historia ¡gracias a todos por haber contribuido a retratar esta fiesta!
En la anterior entrada hablé de Javi y de sus gatos enamorados de la luna, pero no tenía todavía ninguna imagen. Ésta es gentileza de Rita que, desde una posición privilegiada, pudo captar algunos de los mejores momentos de la noche.
Javi demostró su conocimiento del cuerpo de los gatos con posiciones muy gatunas (como puede verse en la imagen) además su representación que fue acompañada de muchos pero que muchos maullidos.
La frase anterior está basada en la forma de comentar las fotos del Hola, ahí queda eso.
Además demostró que no es el toro enamorado de la luna, sino los gatos ¡claro que sí!
Ya os conté cómo fue desvelar el desenlace de Gato enamorado: la tensión se podía cortar con un chuchillo y cuando llegué al momento de plantear la pregunta que muchas personas se llevan haciendo meses: ¿se comerá el gato a la ratona? Y la contesté, la sala al completo suspiró, estoy convencida de que si pudiéramos verlo desde fuera, habríamos percibido cómo las paredes del local se estrechaban y luego se volvían a ensanchar…
Hice un silencio (por aquello de la tensión dramática) y alguien se iba a poner a aplaudir pensando que así acababa la historia, cuando le pare, porque the show must go on y quizá este cuento no termine como todos esperan.
De hecho ahora creo que puede continuar y tengo nuevas ideas, ya os iré contando.
Y para dar ideas sobre el final, nada como la actuación de Pablo que improvisó a partir de palabras que la gente del púbico tenía que decírle cuando les cayera el ovillo encima, salieron algunas «facilitas» como zanahoria o luna azul pero no fueron suficiente para desanimarle y llegó a construir un final en el que la ratona saltaba encima del gato cargada de lujuria y pasión.
Creo que por las caras que tenemos en la foto, os podéis imaginar en qué momento de la narración está.
Con una introducción llena de pasión y empoderamiento, dos cuentos y una improvisación la mar de divertida, el broChe de la noChe (lo he hecho a propósito porque voy a hablar de poesía) lo puso Chusa.
Primero nos recitó la Oda al gato de Neruda que nos puso delante ese carácter de los felinos que son capaces de enamorarse de quien no deben pero que también envuelven todas sus conductas en un cierto halo de misterio.
Y Neruda está bien, pero si luego la poeta se crece y recita dos de sus poemas propios con convicción ¡eso sí que es un final!
No pudieron faltar los títulos de créditos en los que repartí lenguas de gato a quienes me han ayudado en esta andadura, con eso cerramos las actuaciones y pasamos al piscolabis en el que estoy convencida de que nadie pasó frío.
¡Gracias por venir y por vuestros comentarios!
Sólo una cosa más, el libro ya está a la venta a través de esta página web. Por favor si conocéis a alguien a quien le pueda interesar, pasarle la información.
Fragmento de la contada de Gato enamorado: