Pues sí, el vídeo que ves a continuación lo demuestra sin la más mínima duda. Aunque yo me plantearía ¿puede alguien querer a una rata? Sí, porque las ratas no son amorosas, ni siquiera al nacer atraen: tan pequeñajas, arrugadas, sin pelo ninguno y ¡de color rosa!
Vale que los recién nacidos no le parecen guapos a nadie, salvo a sus madres, pero ¿qué pensarán las hembras ratas de sus crías al nacer?
Creeréis que me estoy ensañando, que total la rata del vídeo es tan mona y cariñosa. Eso me suscita una duda para otro post ¿puede una rata ser mona? o ¿un gato ser mono? El adjetivo mono aplicado a animales siempre me hace gracia.
Vale la rata del vídeo mola (algo) pero a no tiene nada que ver con la protagonista de mi cuento, y digo NADA en mayúsculas. Mi «prota» chica es una RATONA, es decir la hembra de un ratón y no hay color entre una y otra.
Para los incrédulos dejo aquí una foto de la chica en cuestión, comparar y me decís.
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Ya sólo quedan 22 días (patito, patito)
Agradezco a Amanda Guglieri que me pasó el vídeo y aprovecho para decir que me interesa todo lo que tenga que ver con gatos. ¡Estoy engatada!